Llegará a Roma con el sueño de fundar un colegio para la formación de los clérigos españoles y se pasará año y medio entre la embajada de España, los despachos del Vaticano, y el Gobierno italiano, luchando con la burocracia política y religiosa. En Roma recibirá la ayuda de Giacomo della Chiesa, posteriormente Benedicto XV, diplomático de la Curia que gozaba de la confianza del cardenal Rampolla, secretario de Estado y antiguo nuncio en España. Y sobre todo contará con el apoyo de Rafael Merry del Val, en aquella época un joven monseñor asistente de León XIII y que llegará a ser Secretario de Estado con Pío X , a quien llamará “el ángel del colegio” o también “San Rafael del Colegio”.